lunes, 11 de julio de 2011

Designación.

El callar de una designación
que yace escrita en un trozo de papel
pareciera que se erige un destino
y que las casualidades de la vida
florecen al son del tiempo maldito
que no deja rastro físico tangible

Se ha desmoronado el muro
del olvido inexistente,
se aprecia un aroma similar
al de las páginas de un libro antiguo
en donde sus páginas reflejan el pasar
indómito de las emociones alicaídas

El fruto del otoño yace en el suelo
el ciclo natural continua
los procesos emergentes de cada año llegan a su apogeo
mientras a la luz de un horizonte de tono cobrizo
lleno de esperanzas vanas
el día se apaga y las ilusiones se desvanecen
ante una designación implacable